¿Qué es el síndrome del gato paracaidista?
Muchas son las personas que tienen dudas sobre qué es el síndrome del gato paracaidista cuando lo leen, o muestran cierto humor, pero la realidad es bien diferente. Este síndrome no es una enfermedad en sí, pero si es uno de los motivos más frecuentes por los que debe realizarse una visita al veterinario debido a una caída a gran altura o un impacto fuerte contra el suelo. Esto se debe a la gran curiosidad que tienen nuestros amigos felinos o por sus instintos depredadores.
Pese a que los gatos son conocidos por su flexibilidad y por la resistencia en las caídas, pueden sufrir graves consecuencias. Estadísticamente un gato que cae de una altura máxima de dos pisos suele tener mayor posibilidad de impacto contra el suelo que uno que cae de mayor altura. Esto se debe a que no puede posicionarse correctamente y cae de golpe al suelo. En más de cinco alturas la caída suele ser fatal o mortal de necesidad. La caída puede causar diversos traumatismos, y dependiendo de la caída, estos pueden ser de por vida.
¿Qué factores de riesgo existen para sufrirlo?
Lo principal y necesario, sobre todo si vivimos a gran altura son las ventanas o agujeros por los que el gato puede colarse. El gato es curioso por naturaleza, por lo que es necesario tomar las medidas adecuadas, como por ejemplo la instalación de mosquiteras o sistemas de retención para que este no salga.
Si el gato está en sus primeros dos años de vida tiene una falta de experiencia con las alturas, por lo tanto, el riesgo de caída es mayor. Por eso, es necesario tomar las medidas adecuadas para que no se acerque hasta que tenga cierta experiencia moviéndose por todo el hogar.
La esterilización es un factor importante. Un gato en celo puede intentar salir fuera y caerse desde la terraza o una ventana intentando buscar una salida. Si tu gato no está esterilizado, debe impedirse su salida en épocas de celo.
¿Qué tipo de lesiones pueden causarse por el síndrome del gato paracaidista?
Las principales lesiones suelen recaer sobre las caderas, que son las primeras que amortiguan el golpe, pero también cabe la posibilidad de que se rompa la tibia, e incluso la mandíbula. Para tratar de amortiguar la caída es posible que flexione sus extremidades, impactando contra el suelo.
Si el gato no parece tener ninguna lesión visible debe realizarse una visita al veterinario de todas maneras. Puede haber lesiones ocultas e incluso internas que requieran de intervención, como la rotura de su vejiga, por ejemplo.
A pesar de que el gato haya caído desde una gran altura y haya sobrevivido, debemos ser conscientes de que el gato sigue su instinto, por lo que es posible que pueda volver a ocurrir. Si tenemos cualquier duda, podemos acudir a un centro especializado o tienda de mascotas donde nos pueden asesorar para instalar las medidas más adecuadas para impedir que nuestro gato sufra lesiones graves por una caída.