American Bully
El American Bully es una raza de perro de tamaño estándar de origen norteamericano, reconocida por el United Kennel Club y el American Bully Kennel Club, entre otros. Es una raza con un origen actual ya que sus comienzos datan de los años 80 del siglo XX, aunque no fue más adelante, hasta la década de los 90 cuando se reconoció oficialmente. Los American Bully son el resultado de la mezcla de diversas razas como la American Staffordshire Terrier, Stafford Bull Terrier, pitbull, bulldog inglés, americano y francés.
Aspecto: estética típica de bulldog
El nombre de Bully procede de la raza bulldog, con un aspecto similar caracterizado por una cabeza robusta. Con un tórax ancho esta raza tiene cuatro alturas de hombros distintos, categorizados de la siguiente manera:
- Pocket: 43 centímetros.
- Estándar: 43/51 centímetros.
- Clásica: Posee la misma altura que la estándar con la diferencia de presentar una constitución más liviana.
- XL: 51/57 centímetros.
En la actualidad en muchos países está prohibido cortarle las orejas al cachorro, que le da un aspecto de peligrosidad, aunque es una practica habitual aun en los Estados Unidos. Su estándar acepta toda clase de colores, pese a que los blue y los merie son susceptibles de tener defectos genéticos.
Carácter: Cariñoso con la gente y los animales
A pesar de su imponente aspecto, los American Bully son perros que, bien sociabilizados, desprende un gran cariño hacia las personas u otros animales, incluido desconocidos. Su adiestramiento es relativamente fácil, aunque puede mostrar en ocasiones ser testarudo, un rasgo típico del bulldog. Es importante imponer unos límites y mantener una actitud firme, aunque demostrarle el cariño que necesita también será necesario. Este tipo de perro, por su constitución, suelen percibirse como una amenaza, a pesar de su personalidad amable y cariñosa. Es un perro recomendado para cuidadores novatos y, en todo caso, será necesario llevarlo a una escuela de adiestramiento y solicitar consejo a los adiestradores para que nos orienten.
Tenencia: al American Bully le gusta estar en todas partes
Una buena sociabilización permite a esta raza ser apta para familias con niños pequeños, pero también para personas solteras o parejas. Se adapta perfectamente a la vida en el campo o en la ciudad, aunque será necesario que realice ejercicio físico a diario.
Tenencia con condiciones
Su similitud con el pitbull y su imponente aspecto deberá consultarse la documentación necesaria ya que, a pesar de no ser reconocida en España como una raza PPP, procede del cruce de varias razas que si son consideradas potencialmente peligrosas. Por lo tanto, será necesario disponer de una licencia de tenencia de PPP y contratar un seguro de responsabilidad civil.
Juegos y deporte: juguetón con un dinamismo moderado
El American Bully es una raza de perro que tiende al juego, aunque con un movimiento moderado. A pesar de ser un aficionado a los paseos largos, no será necesario largas caminatas, buscando siempre actividades que sean sencillas. Es necesario, además de estimular con ejercicio físico ejercitar su mente.
Juegos para perros como los de búsqueda, como por ejemplo traer la pelota son muy divertidos para ellos y además, le ayuda a reforzar el vínculo y la obediencia a su cuidador.
Compra: dónde encontrar el american bully ideal
Esta raza no es habitual encontrarla en Europa, por lo que es necesario prestar atención y solicitar al criador toda la documentación. Es importante conocer de donde procede ya que la picaresca de algunos criadores provoca que se vendan cachorros de American Bully como auténticos, cuando realmente son un cruce de Staffordshire y Bulldog. Siempre, ante la duda, se recomienda buscar en las protectoras antes de adquirir un cachorro.
Alternativas al American Bully
Podemos encontrar una amplía variedad con una similitud a los American Bully y más fáciles de adquirir de criadores oficiales o reconocidos por la FCI. Uno de estos ejemplos son los Bulldog, pudiendo encontrar otras opciones en las protectoras como los dogos, pudiendo encontrar asociaciones que se dedican a la adopción especializada de esta raza.
Salud: Displasia de cadera o deformación vertebral
La salud de un American Bully dependerá de la selección de los animales de cría adecuados, pese a que, en Europa, al no ser una raza extendida, no hay un control especifico de esta raza. Consultar al criador los exámenes de salud realizados a los padres y solicitarle los resultados nos ayudará a evitar en la medida de lo posible a evitar problemas como la displasia de cadera o la deformación vertebral.
Evitar razas con un volumen excesivo evitará también problemas en las articulaciones o un hocico plano previene de problemas respiratorios, como la disnea.
Alimentación: el American Bully
tiene un gran apetito
Debido a su volumen, el American Bully necesita una dieta con un alto nivel de proteínas y sin cereales con croquetas de gran tamaño, adaptados a sus mandíbulas. Esta raza presenta un apetito voraz y puede fácilmente tener sobrepeso, por lo que será necesario adecuar las raciones a su peso y tamaño.
Historia: mezcla de varias razas
Su origen surgió de la necesidad de un perro de compañía con una personalidad dócil pero que tuviera una fuerte presencia. A pesar de que sus orígenes remontan a 1980 no fue hasta 1990 cuando David Wilson comenzó la cría especializada de esta raza. En Estados Unidos se reconoció en 2013 por la United Kennel Club, aunque dicha asociación acepta razas no reconocidas por el American Kennel Club. En Europa su expansión es limitada debido a que los cuidadores se especializan en razas reconocidas por las FCI.
Conclusión: fortachón cariñoso
Su similitud física con la raza bulldog puede provocar susceptibilidad, aunque posee una personalidad muy dócil, lo que la hace apta para cuidadores novatos. Los American Bully son perros que conviven perfectamente en familia y se adaptan fácilmente a las condiciones de un piso en la ciudad, no sin olvidar que debe realizar ejercicio físico a diario para evitar el sobrepeso.
Será importante, antes de acoger un nuevo miembro en la familia disponer de toda la documentación necesaria, como la licencia para perros potencialmente peligrosos y el correspondiente seguro de responsabilidad civil.